"trastorno por déficit de naturaleza"
La vitamina que tanta falta nos hace
El libro “Los Últimos Niños en el Bosque: Salvemos a Nuestros Hijos del Trastorno por Déficit de Naturaleza” de Richard Louv, publicado en 2005, ha tenido un gran impacto en el campo de la educación ambiental. Louv acuñó este término para referirse a los problemas físicos y psicológicos causados por la desconexión de los niños con la naturaleza. La preocupación que enuncia el autor sigue teniendo vigencia.
![Louv documenta cómo los niños pasan cada vez menos tiempo al aire libre, explorando y jugando libremente en espacios naturales](https://fundacionplanetatierra.org/wp-content/uploads/2023/08/Captura-de-pantalla-2023-08-04-a-las-12.20.52-1024x478.png)
La arremetida digital de los últimos años, acentuada además con la pandemia y sus consecuencias a todo nivel, junto a las preocupaciones planetarias por los problemas del medioambiente, confieren a la premisa del texto de Richard Louv aún más pertinencia. A 18 años de su lanzamiento, “Los últimos niños en el bosque” mantiene su vigencia y su autor es referente internacional cuando se habla de educación, niños y naturaleza.
El impacto del libro se grafica en las miles de copias vendidas. En 2010 superaba las 300 mil copias. En estos años, quizás cuánto más se ha incrementado ese número que muestra el interés por un tema que nos concierne y que como Jardines y Fundación Planeta Tierra nos ha convocado durante años.
Pero la trascendencia de “Los últimos niños en el bosque” va más allá de las ventas: ha generado un movimiento global para que los niños pasen más tiempo al aire libre. Louv cofundó la Red Niños y Naturaleza para promover este movimiento.
También inspiró legislación en Estados Unidos como la Ley “Que Ningún Niño se Quede Dentro”, que busca financiar la educación ambiental en las escuelas.
Otros alcances del texto han sido impactos específicos en el campo de la educación ambiental, como el surgimiento de escuelas preescolares en centros de naturaleza y la creación de áreas naturales de juego sin estructuras en estos centros.
Louv se ha convertido en una figura prominente dando charlas y conferencias para promover sus ideas. Fue el expositor principal de la Primera Cumbre de Educación Ambiental de la Casa Blanca, ya ha escrito nueve libros y ha enfatizado que este déficit de naturaleza (la Vitamina N) no sólo lo tienen los niños, sino que también los adultos.
En resumen, el libro ha generado un movimiento global para reconectarnos con la naturaleza, aunque persisten algunos debates sobre cómo lograr esto de la mejor manera, especialmente en el sistema educacional.
Lo que me parece más importante de revisitar el libro “Los Últimos Niños en el Bosque: Salvemos a Nuestros Hijos del Trastorno por Déficit de Naturaleza” es que pone foco en un problema creciente en la sociedad actual: la desconexión. Louv acierta al acuñar este término de “trastorno por déficit de naturaleza” para describir las consecuencias de este fenómeno.
No sólo se produce una afectación negativa el carecer de esta relación con la naturaleza, sino que también se deja de obtener los múltiples efectos positivos que genera la conexión con ella.
De las causas hemos hablado mucho: el auge de la tecnología y entretenimiento indoor, la urbanización, el miedo de los padres, entre otros. De sus consecuencias, también: problemas de salud como obesidad, falta de concentración y depresión, afectación de la creatividad, disminución de la capacidad de asombro, de aprender a través de la experiencia directa.
A través de abundante investigación e infinidad de ejemplos (indagó en los hábitos y costumbres de tres mil familias), Louv documenta cómo los niños pasan cada vez menos tiempo al aire libre, explorando y jugando libremente en espacios naturales, disminuyendo el desarrollo saludable físico, emocional y cognitivo que la naturaleza nos proporciona.
Quizás lo más destacable es que el libro no se queda solo en el diagnóstico del problema, sino que ha inspirado todo un movimiento global para reconectar a los niños con los espacios verdes.
Más allá de la lectura de este libro, y de otros textos de esta temática, es que tenemos una invitación urgente como adultos de pasar del diagnóstico a la acción para proteger el bienestar de las generaciones futuras.
“Los Ultimos Niños en el Bosque: Salvemos a Nuestros Hijos del Transtorno por Déficit de Naturaleza” de Richard Louv es que pone el foco en un problema creciente en la sociedad actual: la desconexión de los niños con la naturaleza.
Acampar en el jardín, andar en bicicleta por el bosque, trepar a los árboles, recoger insectos, recoger flores silvestres, correr entre pilas de hojas de otoño… Estas son las cosas de las que están hechos los recuerdos de infancia. Pero para la generación de niños de hoy en día, faltan los placeres de una infancia libre y sus hábitos en el interior contribuyen a la obesidad epidémica, el trastorno por déficit de atención, el aislamiento y la depresión infantil. “Los últimos niños en el bosque” es el primer libro que reúne investigaciones de vanguardia que demuestran que la exposición directa a la naturaleza es esencial para un desarrollo infantil sano: físico, emocional y espiritual. Es un toque de atención, brillantemente escrito, convincente e irresistiblemente persuasivo.
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Colaborador Chris Price