
El Cerebro Adolescente: Una Montaña Rusa de Emociones
Eduardo Vackflores
- septiembre 6, 2023
- 12:19 pm
- editorial, mindfulness, Noticias
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Pero la neurociencia nos revela que existe una explicación perfectamente lógica detrás de este comportamiento: el cerebro adolescente está literalmente remodelándose. Ahora los padres pueden comprender mejor por qué sus dulces niños se han transformado en rebeldes incomprensibles.
La Gran Reorganización Cerebral
Durante la adolescencia ocurre una “podada sináptica”, donde el cerebro elimina millones de conexiones neuronales poco usadas. Esto es como talar árboles en un bosque tupido para que penetre la luz. De las conexiones que quedan, las más fuertes se fortalecen.
Es por esto que en la niñez temprana es tan importante exponer a los niños a diversas experiencias, límites, valores y aprendizajes. Estamos construyendo los cimientos neurológicos que permanecerán en la adolescencia.
Buscando Emociones Fuertes
Los adolescentes tienen un circuito de recompensa hiperactivo, liberando más dopamina (neurotransmisor del placer) ante cualquier estímulo excitante. Su corteza prefrontal -la responsable de controlar impulsos y tomar decisiones racionales- está aún madurando.
Es como tener un acelerador muy sensible y unos débiles frenos. Esta peligrosa combinación los impulsa a buscar emociones intensas y plaenteras sin medir consecuencias: fiestas, drogas, sexo, alcohol. Pero no es que sean irresponsables, ¡sus cerebros están aprendiendo!
Validando sus Sentimientos
Ante los inevitables choques con sus hijos, los padres deben tratar de validar sus sentimientos, aunque no aprueben su comportamiento. No le digas “no te enojes por eso”, mejor di “Entiendo que estés molesto, pero no podemos golpear las paredes”.
Ofrécele palabras para nombrar lo que siente: “Veo que esto te pone muy ansioso. Cuéntame, ¿qué te angustia tanto?” Así el adolescente se sentirá comprendido, y no reprimido.
Consecuencias, No Castigos
Al poner límites, las consecuencias por incumplirlos deben ser lógicas y coherentes, no arbitrarios castigos. Si llegó tarde, la próxima vez acompáñalo, no le quites el celular.
Estimula su autonomía dándole estrategias: “¿Qué te parece si configuras una alarma 15 minutos antes?” . No amenaces con consecuencias severas, mejor deja que aprenda de sus errores.
El Arte de Ser Brújula
En esta edad de intensa búsqueda de independencia, los padres deben hallar el delicado equilibrio entre soltar y estar presentes, entre dar libertad y poner límites. No pueden ser helicóptero vigilante, ni barco a la deriva.
Deben ser una brújula, señalando firme pero amorosamente la dirección correcta cuando sientan que el adolescente se extravía. Tomen pausas para recargar energía cuando sea necesario. Y no olviden cuidar también de su propio bienestar emocional.
La adolescencia puede ser un periodo difícil, pero armados con información y mucha paciencia, los padres pueden ayudar a sus hijos a atravesar exitosamente esta etapa de fundamentales remodelaciones cerebrales y convertirse en adultos seguros de sí mismos. ¡Suerte en el viaje!